Cuenta un viaje, real o ficiticio, como si fuera un diario utilizando los cuatro tiempos del pasado del modo indicativo.

La semana pasada fui a Luxor a ver el Valle de los Reyes, no era la primera vez que visitaba Luxor: la primera fue hace cinco años, cuando estaba alojado en Hurgada. Entonces era febrero pero a pesar de eso hacía mucho calor.
Nada más aterrizar en el aeropuerto de Luxor me recogió una furgoneta para llevarme al valle de los reyes junto a otros turistas. Un guía en el camino contó la historia de lo que veríamos. Algunos pasajeros hicieron algunas preguntas que el guía respondió rápidamente. Una vez que llegamos al Valle de los Reyes, el guía nos acompañó hasta la taquilla. Un horizonte apasionante se abre ante nosotros: la roca que excavaron los antiguos egipcios para construir las tumbas de los faraones tiene forma piramidal. A sus pies, los antiguos egipcios excavaron una serie de entradas que ahora son accesibles para los turistas. El calor en este viaje otoñal también fue mucho, pero no obstaculizó nuestra visita: nos adentramos en túneles aún más profundos y admiramos la explosión de jeroglíficos multicolores que poco a poco aparecían ante nuestros ojos. Aunque ya había estado visitando aquí, tenía muchas ganas de volver a ver este lugar lleno de historia y misterio. Una vez concluida la visita al Valle de los Reyes, nos trasladaron a un barco por el Nilo para realizar un breve crucero. Todos estábamos cansados, pero también ansiosos por tener esta experiencia. El atardecer sobre el Nilo, visto desde el velero, fue encantador. El día terminó con el regreso al aeropuerto. ¡Qué pena que el avión llegara tarde! Pero nada grave: ¡el retraso nos dio la oportunidad de comernos una pizza egipcia!