Este mismo fin de semana he vuelto de mi viaje a Nápoles.
El mes pasado organicé este viaje y, desde entonces, he estado esperando con ansias.
Lo que más me gustó fue la visita guiada de una hora y media al "Nápoles subterráneo".
Durante esta visita recorrimos pasillos que pasaron de ser acueductos a refugios de la Segunda Guerra Mundial. En aquellos años no había ninguna otra posibilidad de refugiarse de los constantes bombardeos, por lo que cada vez más personas se trasladaban permanentemente a esos lugares subterráneos.
Me hubiera gustado visitar el teatro San Carlo, pero no fue posible porque cuando fui a la taquilla todas las entradas disponibles para las visitas guiadas de esa semana ya se habían agotado.
Sin embargo, es una buena excusa para regresar y tomar unas vacaciones más largas para tener la oportunidad de visitar también Herculano, Ischia o Procida.
Algo que no esperaba era el clima veraniego que encontré, de hecho toda la ropa que he traído no era muy adecuada para las altas temperaturas.